martes, 4 de septiembre de 2012

Chantal Michel: un inquietante estudio del entorno


Toda  la obra de Chantal Michel (Berna, 1968) emana una inexplicable sensación de desasosiego. La artista explora su relación con el entorno convirtiéndose en un elemento más de sus composiciones. En el caos de una habitación saturada de objetos, Michel aparece agachada  sobre una mesa con un jarrón, con unos zapatos blancos de tacón y el pelo despeinado que le tapa  la cara por completo.

Chantal Michel asistió a la Escuela de Artes de Berna y la Academia de Arte de Karlsruhe (Alemania). Su formación en el campo de la escultura la llevó a reflexionar sobre el movimiento del cuerpo, su situación en el espacio y la posibilidad de darle movilidad a un cuerpo inmóvil. De este modo, se introdujo en el mundo de la fotografía y las performances. 

La artista vivió durante tres años en un castillo abandonado en Kiesen, Suiza, en el que creó su propio museo personal: el público era invitado a ver sus obras, pero también a quedarse a cenar y formar parte activa en la experiencia.





Cuando era pequeña, me hice una casa debajo de mi escritorio. Me gustaba estar sola en mi pequeño mundo propio, y las cosas no han cambiado mucho desde entonces. En el castillo de Kiesen también construí mi mundo propio. Cuando me mudé aquí, este sitio estaba vacío: no había alfombras, ni lámparas. Limpié y pinté día y noche. Todo el tiempo que pasé limpiando el castillo estaba desarrollando una relación con el espacio. Entonces empecé a crear el arte que acompaña al espacio. Mi vida y mi arte están unidas en este lugar; me gusta llevar a la gente a un mundo encantado”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario